
La estructura del colegio era muy similar a la actual, y la única diferencia es la ocupación que se le da a las aulas. Durante nuestra trayectoria del secundario fuimos pupilas, junto con otras compañeras, ya que nuestras casas estaban muy afuera del pueblo y esta era la forma más conveniente para poder concurrir al colegio.
Quienes no podían pagar la cuota correspondiente, se encargaban de la limpieza y del comedor de la institución. Nuestras habitaciones estaban ubicadas en la planta alta del colegio y nuestro horario era de 7:00 horas a 12:00 horas. Los años de trayectoria fueron cinco, desde el año 1968.
LAS SALIDAS
Tuvimos una adolescencia muy tranquila, y solíamos salir los fines de semana a una confitería ubicada en la 25 de mayo, a un bar o bailes que se organizaban en Carbo y otras zonas cercanas; no existían las previas por lo que a las 21:00 hs. ya salíamos y, por lo tanto, volvíamos muy temprano usualmente la mayoría a la 1:00 AM.
EN EL COLEGIO
La mayoría de las profesoras eran hermanas franciscanas, que eran muy exigentes, pero esa manera era muy efectiva para aprender. Las materias que teníamos eran las básicas y con orientación económica; además teníamos estenografía, que era técnica de escritura en la que se utilizan ciertos signos y abreviaturas especiales para poder transcribir todo lo que dice alguien a la misma velocidad a la que habla; y mecanografía donde aprendes a introducir texto o caracteres alfanuméricos en un dispositivo por medio de un teclado como los que poseen las máquinas de escribir, los ordenadores y las calculadoras. Las evaluaciones eran como las de ahora, durante los primeros años se aprobaba el examen con cuatro, pero luego esto se modificó y se remplazó por el seis. En caso de llevarte materias a diciembre o marzo, debías rendirla entera. Comenzamos alrededor de 34 alumnos y finalizamos el secundario 12.
El uniforme del colegio no era muy cómodo en invierno para las mujeres porque usaban polleras, luego se incorporó el pantalón con el blazer. Y en cuanto a los varones, era un pantalón, con camisa, corbata y blazer.
No existía la posibilidad de realizar actividades extra-áulicas.
ULTIMO AÑO
De viaje de egresados fuimos a Córdoba y fue organizado por la madre de un integrante de la promoción; allí tuvimos un recorrido turístico y fuimos a dos boliches. El pasaje lo pagamos nosotros, con plata nuestra y a veces hacíamos ventas de cosas que teníamos.
En el último año realizamos el paseo del estudiante, al cual íbamos en un tractor con acoplado, y generalmente se llevaba a cabo en un campo en donde pasábamos el día y bailábamos. Luego se hacia el baile de recepción junto con el colegio nacional, donde se generaban discusiones en la organización.
ANECDOTAS
En cuanto a viajes educativos fuimos a la represa de salto grande, y también viajamos a otros lugares para competir en deportes. Éramos muy tranquilos y no hacíamos rebeldías, lo único que recuerdo es que fuimos a la casa de una amiga que quedaba detrás del colegio y tomamos una cucharita de vino que en ese momento con el respeto que les teníamos a las hermanas era una rebeldía.
Luego de recibirnos, los que tuvieron la oportunidad de irse a estudiar se fueron, pero muchos no tuvimos la oportunidad y nos quedamos en Larroque.
Éramos una promoción unida para algunos acontecimientos, pero dentro de esta se formaban subgrupos con personas con las que tenías más afinidad.
La diferencia con los adolescentes de hoy en cuanto al rendimiento académico, creo que depende mucho de la persona, pero la diferencia que notamos es que hay una mayor intervención de los padres en las decisiones que se toman en el colegio. Con las salidas no estoy de acuerdo, con las previas ya que se hacen muy extensas.
Integrantes de la promoción:
BENEDETTI, Jorge; BENÍTEZ, Nelly; DE LUCA, María Alicia; DENONI, Fátima; FIOROTTO, Carmen; GARCÍA, Berta; GONZÁLEZ, Armando; KORELL, Erminda; NISSERO, Mirta; OLIVERA, César; SARTORI, Nidia; VECCHIO, María del Carmen.